Viajamos en tren y el maquinista tuvo la deferencia de parar al inicio del camino, entre dos estaciones.
Lorenzo y Migueli y la fabulosa cabaña construida, poco a poco, durante muchos años. Al estilo de Robinson Crusoe. ¡Ver para creer!
Selva virgen
¡Qué magnífica experiencia!
Vista lateral de la cabaña
Cocina. Todo trasladado a espalda.
El rancho de cada día, ¡todo un lujo!
Un descanso al llegar a la vía, ya de vuelta